domingo, 1 de septiembre de 2013

DÍA 5- RAILAY-CASCADAS DE AGUA CALIENTE-LAGO ESMERALDA

Miércoles 17 de Julio de 2013, ese día fuimos a  ver la magnífica Railay (Rai Leh), por lo que habíamos leído, un paraíso natural. Para ello bajamos con la moto a un embarcadero al lado de la playa de Ao Nang. Cogemos un longtail (embarcación de madera de popa larga) por 200THB ida y vuelta(5€), que tarda unos 20 o 25min en llevarnos a la península. Un precioso viaje en barco acompañados por unos madrileños, Paula y Julio, y Mireya una chica holandesa, con los que hicimos amistad.




Railay es una península escondida detrás de impenetrables y escarpados acantilados calizos. Es accesible solo por mar y en el istmo no hay transporte motorizado, solo senderos peatonales o para bicicletas. Hay una gran oferta hotelera y es un punto estrella para los amantes de la escalada, de hecho hay una playa dedicada a ellos Hat Ton Sai (Hat es playa en Thai). La página www.railay.com dispone de abundante información sobre éste particular lugar.


Se puede considerar que Railay está dividido en cuatro grandes áreas a las que puedes acceder por caminos y senderos: Railay West, Railay East, Phra Nang y Ton Sai.


1. Los longtails desde Ao Nang llegan a Hat Rai Leh West, una tranquila y amplia playa rodeada de acantilados, donde dicen que hay una preciosa puesta de sol, de la que nosotros por desgracia no pudimos disfrutar (queríamos ir a ver más cosas). El mar es perfecto para nadar, aunque se debe tener cuidado en época de monzones y con marea baja. En la parte sur de la playa hay rutas de escalada de alta dificultad. Caminando 20min hacia la izquierda sobre piedra caliza, se llega a Hat Ton Sai. Esta es la denominada playa de mochileros y escaladores, porque tiene acceso a fantásticas rutas de escalada. La playa no es muy buena, pero cuenta con alojamiento y es famosa por sus "full moon party". Hay longtails que vienen y van a Ao Nang.



2. Por una pasarela desde Hat Rai Leh West, que atraviesa los curiosos complejos turísticos, tardamos menos de 3min en llegar a Hat Rai Leh East. A esta playa llegan los barcos desde Krabi, la verdad es que es un playa bonita, pero no apta para bañarse porque es poco profunda, lodosa y rodeada de manglares. No obstante tiene bastantes bares y alojamientos tipo bungalows. A partir de aquí, tienes dos opciones, hacia la izquierda está la Phranang Nai Cave (Diamond Cave), además de poder recorrer toda la bahía de Railay East. Hacia la derecha se llega Hat Tham Phra Nang, con su Phra Nang Cave o Cueva de la princesa.




3. Nosotros decidimos primero investigar hacia la izquierda, caminando por un sendero a pie de playa, por el que vas viendo, entre la selvática y tropical vegetación, los diversos alojamiento de la zona, la playa lodosa, los manglares y los islotes calizos en la distancia. La verdad es que me gusto tanto lo que vi, que no descarto en el futuro volver y pasarme una semana disfrutando de todo aquello, alojada en una cabaña de madera entre árboles frente al mar.
Por un desvío a la izquierda llegamos a la Phranang Nai Cave (Diamond Cave), cuya entrada costó 1€, creo recordar. Dentro puedes ver las formas de la erosión de la roca caliza, la estalactitas y estalagmitas,  la fantástica "catarata rocosa de cuarzo", acompañado todo el trayecto por la pasarela de madera, de unos cuantos murciélagos.


4. Volviendo sobre nuestros pasos, por el mismo camino de Rai Leh East , seguimos hacia la derecha, en dirección Hat Tham Phra Nang, y más o menos a mitad de camino hay un flecha que indica View Point (Mirador) y Lagoon (laguna). Para llegar, tuvimos que subir por un acantilado lleno de barro arcilloso en el que tienes que ayudarte con unas cuerdas para sujetarte, y te ves de esta guisa:


En realidad la subida parece más difícil de lo que es, pero cuando te pones a ello, "pasito a pasito, se hace el acantilado al andar", además la ayuda de las cuerdas es sumamente útil, sobre todo a la bajada, que hay zonas que tuvimos que bajar medio haciendo rapel. Pero cuando llegamos arriba, empapados de sudor y de barro hasta las cejas lo que ves te deja sin respiración, y la foto aunque bonita, no muestra el esplendor de la panorámica ni la tranquilidad y la paz del momento.


Cuando ya hayas disfrutado de las vistas, al lado hay otro camino que baja hacia una laguna de agua dulce en medio de una península. Yo había leído en otros blogs que para llegar había que bajar tres paredes tipo como las que habíamos subido, pero más verticales y que era algo peligroso. Entre eso y que una pareja de italianos nos dijeron que ni de coña, me raje....y solo puedo decir que hoy me arrepiento, porque también había leído que era una autentica preciosidad de aguas cristalinas y con fondo de coral. Me consuela pensar que unos amigos, que sí fueron valientes para bajar, nos dijeron que estaba seca...aunque en época de monzones, como era nuestro caso, no lo creo... Así que el refranero es muy útil "Es mejor arrepentirse de lo que haces y no de lo que no haces", de aquí en adelante me aplicaré el cuento.

Ah la bajada, sin ser peligrosa, fue mas difícil que la subida, y  me arrastré sin contemplaciones por el barro, la cuerda embadurnada en arcilla te pasaba por todos los lados y la verdad es que aunque sucia, fue una experiencia de lo más entretenida y recomiendo la experiencia, siempre que se lleve un calzado adecuado (chanclas con suela de zapatilla o por el estilo), aunque siempre hay valientes a los que los ves subir descalzos!

5. Y así sucios y sudorosos llegamos al paraíso, la imponente y genuina Hat Phra Nang, con sus elevados e impenetrables acantilados calizos, su arena de oro, sus aguas color turquesa y sus islas (Happy Island y Ko Rung Nok, isla del nido). Y encima quiso el destino que estuviéramos casi solos (a las 2 de la tarde aquello se lleno de gente y ya no es lo mismo).

Agradecemos que hayan tenido la buena cabeza de mantener la playa virgen, salvo por un resort en un extremo de la playa.



Bañarte en ese agua casi caliente, hacer el muerto y dejarte llevar por el ligero oleaje, bajo esas formas imposibles de los acantilados cársticos, hacen que conectes de nuevo con la Naturaleza. Creo que es la playa más bonita que he visto hasta ahora.


Otro icono inconfundible de esta playa, es la Happy Island, a la que llegamos fácilmente nadando (ojo siempre con las mareas y las resacas), tiene una pequeña playa, y es interesante para hacer snorkel o investigarla en plan Robinson Crusoe.


Está claro que un lugar tan mágico tenía que estar imbuido en el misticismo y la leyenda y eso es lo que ocurre con la Phra Nang Cave o Cueva de la princesa, un santuario para los lugareños. Y cuenta la leyenda que una barcaza real que llevaba una princesa hindú naufragó durante una tormenta en esa zona en el S. III a.C. El espíritu de ésta se refugió en la cueva, otorgando favores a todos aquellos que se acercaban a presentarle sus respeto. De esta manera, los pescadores locales, mayoritariamente musulmanes y budistas, comenzaron a poner esculturas fálicas como ofrendas, para que la princesa les proporcionara una buena pesca.



Pero como todo lo bueno se acaba y nosotros queríamos visitar muchas cosas todavía, abandonamos el paraíso dejando en él a nuestros amigos españoles,  y volviendo a la Hat Ray Lai West, donde regresamos en el longtail con nuestra otra amiga holandesa Mireya y con estas imágenes como despedida.

Antes de continuar de "turismeo", nos teníamos que aprovisionar, así que le enseñamos a Mireya nuestro referente culinario, los puestos. Disfrutamos de una espléndida comida, practicando inglés y flipando con la gente que como ella viajan solos y van de un país a otro conociendo gente y lugares, totalmente libres.

Siguiente parada, ya motorizados, "Hot Stream Waterfall" (cascadas de agua caliente), a unos 57Km de Ao Nang dirección Krabi y Lhlong Thom por la Ruta 4, y tomando un desvío a la izquierda por la carretera 4030. Tuvimos que preguntar unas cuantas veces, haciéndonos entender como podíamos, porque la mayoría de Tailandeses no hablan inglés, pero al final llegamos.

La entrada cuesta 150THB/persona (los turistas pagamos más que los tailandeses en estos sitios) y el horario es de 8-18. Es un balneario natural, rodeado de bosque y de senderos por hacer. En las cascadas hay pequeñas pozas de agua muy caliente y aunque parece en las fotos mucha gente, en realidad no había tanta, podías estar solo en tu piscina. Lo que pasa que el sitio era muy pequeño. Recomiendo este lugar, que me resultó muy especial, y porque parecía más de turismo tailandés.


Las cascadas desembocaban en un caudaloso rio, de agua fría, en el que había una plataforma desde la que tirarte en plan Tarzán para  alcanzar una liana situada en el medio del cauce. Pasamos una tarde estupenda bañándonos y relajándonos en éste bonito paraje. Apurando el tiempo, hasta tener unos minutos solos para disfrutar de la paz de ese lugar.





Continuando por la misma carretera 4038 y siguiendo las indicaciones está el "Crystal Lagoon", que por desgracia no pudimos ver porque cerraba a las 17, y por más que le insistimos al hombre para pasar y echar una foto, no pudo ser. Así que nos quedamos con las ganas.
Un poco decepcionados por no poder ver el Lago de cristal, volvimos a Ao Nang de noche, lo que hizo que nos perdiéramos alguna vez por el camino, pero nada mejor para volver a subir los ánimos que unos noodles con pollo, creps de postre y un masaje Thai antes de irte a la cama.

1 comentario: